Bernardo López García por Francisco Arias Solís
Presentado por FRANCISCO ARIAS SOLIS el 7 de Septiembre de 2003 a las 14:04
BERNARDO LOPEZ GARCIA (1838-1870)
¡Cuántos, sagrada libertad, murieron
víctimas de tu amor; cuántos sepulcros
a tus plantas se abrieron!
Bernardo López García.
LA VOZ DE LA SAGRADA LIBERTAD
No sólo su labor como periodista y poeta en la prensa republicana define la actividad política del jiennense Bernardo López, sino que se dedica al proselitismo activo, en especial a partir de la Gloriosa, lo que le induce a presentarse a las Cortes Constituyentes de 1869. Bernardo López fue sin lugar a dudas una de las máximas figuras andaluzas republicano-federalista y del socialismo utópico, aunque el jiennense mantenía unos muy personales criterios, a veces contrarios a los sustentados por su propio partido.
Bernardo López García nace en Jaén, el 11 de diciembre de 1838, en el seno de una familia dedicada al comercio. Inicia sus estudios en el Instituto de la calle Compañía, pero, en 1850, se traslada a Granada e ingresa en el Colegio de San Bartolomé y Santiago para seguir el bachillerato y la carrera de Derecho. Sin embargo, no se tiene constancia de que iniciara Derecho ni tampoco de que terminara el bachillerato.
A finales de 1858 Bernardo se encuentra en Madrid y colabora en La Discusión, órgano del partido republicano, y también en La América, figurando como redactor en El Eco del País.
No pierde contacto con Jaén, donde a primeros de 1860, mantiene relaciones amorosas con Patrocinio Padilla, joven jiennense, con la que tiene una hija, María de la Aurora. En 1861, pronuncia su Discurso sobre la poesía en la Real Sociedad de Amigos del País, de Jaén, y unos meses después forma parte de la comisión a la que esta entidad encomendara la redacción de El Romancero de Jaén, como recuerdo y homenaje a Isabel II en su visita a la provincia, en cuya edición no llegó a participar.
En 1865 se casa con Patrocinio, que fallece tres años más tarde. Meses después Bernardo se enamora apasionadamente de Concha López, hija de su amigo y editor el impresor Francisco López que se opone frontalmente a las pretensiones de la pareja, por la grave indigencia en la que se encuentra el pretendiente.
A partir de aquí, la vida de Bernardo entra en su fase más triste: total ruina económica y deterioro progresivo de su salud. En 1867, editará a su costa el libro Poesía que le resultará ruinoso, y se ve obligado a suplicar sin títulos mínimos préstamos que le permitan la subsistencia.
A mediados de 1868 marchará a Madrid pero su activismo político le lleva a desplazarse por tierras andaluzas, particularmente por las provincias de Jaén, Córdoba y Sevilla. El 15 de noviembre de 1870, fallece en Madrid de tisis galopante y tras una corta vida no llegó a cumplir los 32 años- inundada de penurias por fidelidad a sus ideas.
Bernardo presenta en su obra poética cierto desaliño formal, en base a la libertad literaria propugnada por Larra como por él mismo. En el Casino Republicano de Sevilla pronunció una apoteósica conferencia sobre La libertad en el Arte.
A la par que pone un mayor interés por Heine y Quintana es arrastrado en tardía hora al movimiento de un Zorrilla o Espronceda a los que abiertamente sigue.
Rara vez, en nuestro país, algún poema ha alcanzado el público reconocimiento popular como la oda El dos de mayo, de Bernardo López, a la que numerosas personas retenían con enfervorizada memoria:
Oigo,
patria, tu aflicción,
y escucho el triste concierto
que forman,
tocando a muerto,
la campaña y el cañón.
Sobre tu invicto pendón
miro flotantes crespones,
y oigo alzarse a otras regiones,
en
estrofas funerarias,
de la Iglesia, las plegarias
y del arte, las
canciones.
Francisco Arias Solis
e-mail: aarias@arrakis.es
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